La vida maravillosa by Stephen Jay Gould

La vida maravillosa by Stephen Jay Gould

autor:Stephen Jay Gould [Gould, Stephen Jay]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Ciencias naturales, Ensayo, Ciencias naturales
editor: ePubLibre
publicado: 1989-01-01T05:00:00+00:00


Anomalocaris ha sido la némesis de la investigación reciente de Burgess Shale. Esta criatura cedió finalmente su secreto, pero no hasta después de que tanto Simon Conway Morris como Derek Briggs hubieran cometido sus mayores errores al tratar con sus distintas partes. Uno no puede esperar hacer algo significativo u original en ciencia a menos que acepte en el camino la inevitabilidad del error sustancial. Sin embargo, tres pasos hicieron avanzar el asunto hacia su resolución, independientemente de los errores laterales más amplios.

1. En 1978, Conway Morris aplicó las nuevas técnicas de Whittington para distinguir estructuras tridimensionales a Laggania, que en la actualidad se considera que es una esponja y no una holoturia. Aplicó un microtaladro dental a la contraparte del único ejemplar, y descubrió una tajada de piña americana de Peytoia allí donde Walcott había identificado la boca indistinta. Conway Morris estuvo en el umbral de la interpretación correcta, pero hizo la suposición incorrecta. Consideró la posibilidad de que la «esponja» denominada Laggania no fuera un animal distinto, sino un cuerpo fijado a Peytoia, que entonces se convertiría en la pieza central de un gran medusoide. Pero Conway Morris rechazó esta reconstrucción porque consideraba que casi todos los organismos de Burgess Shale estaban conservados de forma discreta y no desagregados en partes. Escribió: «La inmensa mayoría de los fósiles de Burgess Shale se han preservado completos y puede razonablemente concluirse que el cuerpo de Laggania cambria no es una parte integral de Peytoia nathorsti, sino una extraña adición al medusoide que aquí se interpreta como una esponja» (1978, p. 130). Señalaba que la asociación era simplemente un accidente de deposición del alud de fango de Burgess Shale: «La asociación de medusoide y esponja es presumiblemente por azar. El yacimiento de filópodos se depositó como una serie de turbiditas, y es probable que después del transporte los dos ejemplares se depositaran juntos» (1978, p. 130).

Conway Morris se equivocó en las causas de la relación entre Peytoia y Laggania, pero descubrió (literalmente) una asociación clave, al unir las dos primeras piezas de las cuatro que formarían Anomalocaris.

2. En 1982, Simon trató de abordar la rareza de Peytoia (Conway Morris y Robison, 1982). Calificó a Peytoia como «uno de los más peculiares medusoides del Cámbrico» (1982, p. 116), e incluso utilizó la palabra «enigmático» en su título. Simon no resolvió correctamente este bicho, pero manifestó cierta duda acerca de su afinidad con los medusoides, con lo que mantuvo completamente abiertos los canales de la duda. Al escribir sobre el agujero central, Conway Morris y Robison concluían: «Esta característica es desconocida en los cnidarios fósiles o actuales, y puede indicar que Peytoia nathorsti no es un cnidario. Su relación con cualquier otro tipo parecería incluso más oscura» (1982, p. 118).

3. El propio Anomalocaris, la original parte posterior de un camarón según Whiteaves, había sido adjudicado a Derek Briggs en la división original de Burgess Shale. Después de todo, se suponía que era el cuerpo de un artrópodo con un caparazón bivalvo.

En 1979, Briggs publicó una provocativa reconstrucción de su asignación.



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